viernes, 12 de mayo de 2017

El final de "Dulzura Infernal", de Max

Allá en los fastuosos años 80 los lectores de historieta argentinos comprábamos la edición española de "Metal Hurlant". En determinado momento la revista dejó de salir, o tal vez dejó de ser importada o quién sabe qué cosa (no tengo ganas ni de googlear el tema) y como ocurre en estos casos (similar martirologio vivimos con la edición en fascículos de "Akira"), nos quedamos con un palmo de narices ante la ausencia de final de las series publicadas con continuará".

Una de las historietas que quedó trunca era "Dulzura Infernal", de Max, no el Max español de "Peter Pank", sino el menos conocido Max Perramon, autor francés de línea chunga y al mismo tiempo elaboradísima. La historia narraba una delirante intriga palaciega en el infierno, protagonizada por el Barón Bad Miloo, que era exactamente eso: un Milú malo, un demonio con la cara del perro Milú. Y si no alcanza con estos datos para que les agarre la ansiedad por leerla, qué puedo decir, no tienen sangre en las venas.



Por suerte, gracias a la magia de las amistades digitales pude pedirle hace un par de años a mi amigo Fernando Guerrieri, residente en Francia, que me consiguiera un libro con la historia completa (¡Gracias otra vez, amigo!!!), lo que me permite ahora compartir el final de "Dulzura Infernal" (que puede leerse perfectamente con el francés del secundario,tiene dibujitos)

Resumen hasta ahora: El Barón Bad Miloo no logra cumplir una misión de su jefe, Satán, y huye del infierno junto a su ayudante Lucifer. Azarosamente terminan refugiados en la casa de Stravikius, un demonio "cuya alma es de una negrura insoprtable". La página que sigue es la última que pudimos leer en la "Metal Hurlant":

























Como yapa, un pequeño álbum donde se presenta a Bad Miloo y a algunos de sus "compañeros infernales":

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(Doceur Infernale, Editions Humeurs, 2003)

4 comentarios:

  1. Gracias muchachos por esta reparación histórica o mejor dicho historietística; el trauma que me causó la desaparición de la MH española en los 80 ahora se alivió un poco. Y gracias a Esteban Podetti por difundir esto en Facebook :)

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  2. En el entusiasmo me tiré de cabeza a leer sin parar y ni me fijé en el blog ni en el autor ni en nada que no fuera la historieta. Perdón perdón perdón. No se volverá a repetir.

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