jueves, 25 de mayo de 2017

POLÉMICA: Superfuertes & multimillonarios



Tengo en mi poder, gracias a la generosidad infinita de mi amigo y colega Diego Parés, el libro "Alack Sinner", de Muñoz & Sampayo, que compila la totalidad de las historietas del personaje.

Escribiré un poquito sobre el contenido del libro en sí. Por si hiciera falta que alguien se entere de esto, Sampayo es uno de los mejores guionistas argentinos: la mejor clase de guionista, la que desaparece por completo en su creación. Jamás nos enteramos de que estamos leyendo algo que ha escrito alguien. Simplemente nos parece estar observando la Vida y la Realidad, esa entidad que se nos revela a los ojos cada vez que los abrimos. Así de bueno es Sampayo.

En cuanto a Muñoz, ¿qué se puede decir? Muñoz es sobrenatural. A veces uno deja de mirar a Muñoz por un tiempo y se dedica a ver otras cosas, la pletoricidad de cosas visuales que nos ofrece el mundo, y se sorprende con grandes artistas, dibujantes que nos develan algo, que nos maravillan y nos picotean en la glándula pineal con sus creaciones. Y te olvidás de que existe Muñoz. Pero un buen día te volvés a topar con su obra y decís "¡Ah! Muñoz, este era bueno, eh. Vamos a mirarlo de nuevo". Y entonces te sentís culpable y estúpido por haber hecho otra cosa que no fuera mirar a Muñoz durante las 24 hs. del día a lo largo de todo el período anterior.

Muñoz inventa el mundo, lo desarma, se funde, hace el amor con él y luego lo rearma a su antojo pero habiendo dejado en el camino sangre, sudor y lágrimas. No sé cómo hace Muñoz para seguir vivo luego de haber entregado lo que entrega en Alack Sinner. No se me ocurre, no se me ocurre ni siquiera cómo empezar a imaginar cuál es el "método" de Muñoz para dibujar. No se me ocurre. El Cosmos de Muñoz es tan inmenso, tan completo, tan real que parece que estuviera hecho antes de que agarrara la pluma.

Eso es el contenido. De la edición tengo que decir otras cosas. Para empezar es un libro imposible de sostener sin que se te luxen las muñecas. Quiero decir, es demasiado GORDO. Y pesado (Obsérvese la dolorosa tensión del túnel carpiano en la foto). No se me ocurriría leer este libro en el colectivo. Sería insensato llevarlo por la calle o en una mochila: Sería el equivalente de cargar cascotes por la calle. Por si no se entiende, es muy gordo y pesado e incómodo y te parte en dos la columna.

Dicen que el papel no va a morir, pero que el futuro de los libros (y un poco el presente) es el formato lujoso y caro, para aquellos pocos que puedan pagarlo. Yo no puedo hacer futurología, pero si ese es el caso, este libro está destinado no sólo a una élite económica: está destinado a hombres de una raza superfuerte, que pueda levantar y abrir el libro sin sentir que el espinazo se les parte en dos como una rama seca. Superfuertes y multimillonarios: ese es el perfil de los futuros compradores de libros, según la visión de Ediciones Salamandra.

Otro tema es el tamaño y esto viene siendo una peste desde hace varios años: la de los libros que minusculizan el contenido original, para ahorrar costos y papel. Hay autores que se bancan cierta reducción, pero para mí el arte de Muñoz necesita un 25 % más de superficie para ser apreciado en plenitud. No digo que en esta edición no se aprecie. Pero te encontrás forzando un poco la vista y sintiendo cierta tensión cerebral, tratando de adaptar mentalmente los múltiples detalles y sensuales plumazos de esta historieta al tamaño que debería tener.

Y esto nos lleva a la siguiente pregunta: ¿Cuál es el tamaño ideal en el que debería ser editada una historieta? La respuesta de perogrullo es que no debería ser mucho más pequeña que en su edición original. Un Alack Sinner funciona de maravilla en las viejas ediciones de Totem, un 24 x 30, aunque se bancaría un 20 x 28. Menos... Y, un poquito me estas cagando.

Y si además no me rompés el metacarpo te lo voy a a gradecer.

(Alack Sinner, Ediciones Salamandra, 2017)

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